Egipto
El contexto
Egipto es el tercer país más poblado de África, con 99,2 millones de personas (CAPMAS 2019) concentradas en una franja de tierra ubicada en el valle del Nilo que mide 1 000 km de norte a sur. Los disturbios de 2011 generaron un clima de inestabilidad política; sin embargo, más recientemente se ha producido una cierta liberalización económica y han surgido iniciativas en favor de los pobres.
El gobierno actual, que tomó posesión en 2014, puso en marcha una serie de reformas para impulsar la economía. Egipto ha experimentado un sólido crecimiento económico, con una media del 5,3 % en el ejercicio 2017-18, impulsado por la expansión de los sectores de la extracción de gas, el turismo, las manufacturas, la construcción y las telecomunicaciones.
La agricultura es un sector fundamental en la economía de Egipto, ya que es el medio de subsistencia del 57 % de la población y da empleo directamente al 26 % de la fuerza de trabajo. Aunque su aportación al producto interno bruto (PIB) ha disminuido casi un 11 %, la agricultura es una fuente esencial de exportaciones y divisas, y las industrias conexas, como la elaboración, la comercialización y el suministro de insumos, suponen otro 20 % del PIB.
Sin embargo, la tasa de desempleo alcanzó el 11,4 % en 2018, mientras que el desempleo juvenil aumentó a 32,5 %, frente al 24,4 % de 2010. La pobreza se ha reducido de un 40,5 % en 2004 a un 28 % en 2015, antes de subir al 32,5 % en 2019 (CAPMAS) y sigue planteando un reto importante, especialmente en el Alto Egipto, donde se registran tasas de pobreza de hasta el 60 %.
Los esfuerzos por reducir la pobreza deben incluir a las mujeres y los jóvenes y reflejar la diversidad de las fuentes de ingresos. En 2015, el Ministerio de Solidaridad Social puso en marcha el plan “Takaful y Karama” (solidaridad y dignidad), destinado a los pobres y más vulnerables, los niños menores de 18 años, los ancianos pobres de más de 65 años y las personas discapacitadas. El plan transfiere dinero en efectivo a las familias que reúnen los requisitos para subvencionar los costes de la educación de los niños, la atención sanitaria de madres e hijos, la nutrición saludable y la planificación familiar.
La estrategia
En Egipto, los préstamos del FIDA se utilizan para apoyar el asentamiento en tierras recuperadas al desierto en el Bajo Egipto (zona septentrional) y promover la mejora de la productividad en las tierras viejas del valle del Nilo y el Alto Egipto.
El Programa sobre Oportunidades Estratégicas Nacionales (COSOP) en el país contribuye a reducir la pobreza rural y a mejorar la seguridad alimentaria nacional.
En sus esfuerzos por contribuir a reducir la pobreza, el FIDA procura favorecer un uso más sostenible de los recursos naturales, promover estrategias climáticamente inteligentes y aprovechar las oportunidades que brinda la creciente participación del sector privado en la agricultura.
Entre las principales actividades, cabe señalar las siguientes:
- fortalecer los conocimientos técnicos y la capacidad de organización de los hombres y mujeres pobres de las zonas rurales para que puedan aprovechar oportunidades económicas en las explotaciones agrícolas y fuera de ellas;
- fomentar el uso sostenible de los recursos naturales en favor de los pobres, en especial la tierra y el agua, y
- mejorar el acceso de los agricultores pobres de las zonas rurales a servicios de mejor calidad, como la tecnología, la financiación y los mercados.
Además de proyectos y programas, Egipto también se ha beneficiado de una serie de donaciones regionales centradas en la gestión del suelo y el agua, la introducción de la perspectiva de género en la formulación de políticas públicas, la creación de redes de intercambio de conocimientos y la promoción de la microfinanciación en favor de la población rural pobre.
Datos del país
La agricultura es un sector fundamental en la economía de Egipto, ya que es el medio de subsistencia del 57 % de la población y da empleo directamente al 26 % de la fuerza de trabajo.
Egipto es el principal receptor de asistencia financiera del FIDA en el Cercano Oriente y África del Norte, y fue uno de los primeros países del mundo en recibir financiación del FIDA.